¿Cómo trabajamos?

Trabajamos entendiendo la asistencia psicológica y la psicoterapia como un trabajo en colaboración psicólogo- consultante. Se trata de una colaboración experto a experto, tal y como ya la definía George A. Kelly (1955/1991): el psicoterapeuta como experto en procesos generales de cambio humano y el consultante como experto en el contenido de la propia vida.

¿Por qué hablamos de consultante y no de paciente o de cliente?

Aunque podemos utilizar cualquiera de los tres términos para definir a las personas que solicitan nuestros servicios, lo que está claro es que todas ellas nos consultan para la búsqueda de mayor bienestar. El término paciente, aunque por su raíz etimológica hace referencia a aquel que tiene paciencia, también es un término utilizado mayoritariamente en ámbito médico. Aunque muchas de las personas que nos consultan pueden tener un diagnóstico asociado, muchas otras pueden no tenerlo y aun siendo el primer caso, sabemos que la mejor manera de afrontarlo es desde la proactividad, potenciando recursos propios, y no desde el posicionamiento de paciente que asume sin cuestionar las pautas del profesional sanitario.

Aunque la psicología es una profesión sanitaria es necesario que el usuario de sus servicios se implique activamente en su proceso de cambio. Por otro lado, no nos acaba de satisfacer tampoco el término cliente porque refiere a alguien que busca los servicios de otro, sin tener que implicarse necesariamente en el proceso. En síntesis, nos refiramos a cliente, paciente, o consultante, en nuestro equipo de psicoterapeutas pretendemos que aquellos quienes solicitan nuestros servicios lo hagan desde un posicionamiento activo, propositivo y con elevada motivación para el cambio. Y si no llegan desde este posicionamiento les ayudamos en primer lugar a potenciar su motivación para el cambio, adaptando las características de la intervención a aquello que en cada momento puedan asumir.

Obviamente, sabemos que en ocasiones hay personas a quienes el problema parece haber succionado toda su energía y les ha instalado la creencia de que no son capaces de hacer nada para cambiar. No pasa nada, tenemos experiencia con este tipo de problemas, aplastadores de personas, familias y organizaciones enteras. En estos casos nuestro objetivo inicial será que la persona no se identifique con el problema, que pueda volver a verse a sí misma como agente de cambio y retome el protagonismo de su vida.

La persona no es el problema, el problema es el problema (White y Epston)